domingo, 20 de noviembre de 2016

COLORS


COLORS






Cuando paseo por la ciudad voy tirando piedras a los tejados,

piedras que me llevo del campo, para que los gorriones salgan de donde están hospedados.




A falta de árboles, han adquirido el síndrome del onduline ®

y todos se ocultan bajo teja.

Son gorriones urbanos, al fin.



Sin duda hay en esto una moraleja, que no entiendo ni presiento,

por la que yo deba seguir en este vano intento de acaparar resultados y objetivos.

O quién sabe si ponerme a buen recaudo,

por lo que pueda ir pasando.




Desconozco si vivo una nueva etapa, o no más que un cambio de camiseta.

No diría de tendencia que desde que peino calvas uso gafas y monto implantes dentales,

a falta de otros aditamentos que transforman al hombre viejo en sujeto cyborg,

diría que no tiendo a nada.

Ignoro si mi propia nadería cuenta como causa, pero intención no tengo de morir en el intento; no vayan aquí a hacerme mártir antes de tiempo.




Por otro lado y no obstante

-no sé si añadir un diosmediante pues nunca se adivina cuándo el cielo nos reclama su venganza -

se me antoja que el antojo de romper las camisetas puede ser una opción interesante; por enérgica y renovadora.

Hay mensajes en ellas que ya no defiendo, diría que no queda ninguno por el que pronunciarme deba,

y romper esas envolturas compradas quizás sea la única forma de ser;

para el caso, mi propia marca.




Otra cosa es trascender, tal vez no deba aspirar a tanto, pues es,

este ser,

ya una tarea endiablada.




Por todo lo anterior y lo que vendrá después, he comprado la colección completa de Sprays El Levantisco.

Voy a pintarme en la piel mi nuevo eslogan de campaña. No se asusten, no me presento a nada y por nada, ni siquiera por mí mismo.

No vaya a parecer que ambiciono que me crean o quieran cuando ni siquiera estoy yo

en ninguno de los dos supuestos.




Es tan solo, dar una nota de color a mi vida,

lo que pretendo.




-Mi apuntador me susurra al oído que antes tengo que pedir permiso,

afirma que hay un impuesto para cada nuevo compromiso-.


© CHRISTOPHE CARO ALCALDE

FIRE ON WHEELS



FIRE ON WHEELS






Una ráfaga ruidosa detuvo el avance del grupo de asaltantes al edificio del congreso.




Ciudadanos violentos y desobedientes que armados con barras de chocolate y tetrabricks de zumo tropical pretendían detener este abuso de poder de todos los poderes públicos;

por asignación,

impúdicos

por vocación.




Ancianos sin intención de morirse jubilados sin pensión parados padres desamparados post parturientas madres solteras casrtrati actores sociales voluntarios sin oenegé y niños autistas acudieron hechizados a la llamada silenciosa de una corneja con quince años de antigüedad en el cuerpo de bomberos.




Arracimados en torno al camión grúa como garrapatas a perro viejo bajaban Carrera de San Jerónimo con la intención de entrar por la puerta sin detenerse en el control de documentos y retención de personas.

No más frenos a la libertad de expresión ni trabas al derecho de decisión. <!! Contra el poder, expropiación!! >, gritaban los que podían.

Los que no, escupían bolas de papel por el canuto de sus bolis Bic naranja cristal.




Apenas una docena de metros separaba el morro del camión del morro del primer león cuando atemorizados por esta avalancha los vigilantes de la guarida abrieron fuego sin previo aviso ni autorización.




Cientos de proyectiles hicieron blanco en varios negros que en un acto tan desesperado como heroico saltaron al camión en marcha.

Alguien gritó <!! Queremos recuperar nuestro papel!! > y eso disparó la confusión. Los subsaharianos negros eran todos sin papeles.




De disparo a disparo los fusiles arrojaban balas cuando en la ametralladora del camión solo había palabras.




En el interior, la votación contra la reforma por los mínimos de la libertad de movimientos y opiniones, no se detuvo.




Ganó el No por abrumadora mayoría: 349 contra un solitario SÍ.

La diputada estaba amamantando a su bebé durante el proceso, y éste votó por ella.




El suyo, fue el último voto de los inocentes.







© Christophe Caro Alcalde





PRIZE FOR THE IDIOTS

PRIZE FOR THE IDIOTS 



Publicado en edición limitada a los números impares el último ensayo del premio Nobel de física de partículas. 
Elementales. 
Las reducidas ventas han sugerido un cambio de tendencia de lo que antes se llamaba respetable. 
Elemental:
la masa de lectores cada día es más básica, limitada y simple. 


Mostrada en su mini página de feisbuc la fórmula para el movimiento constante por el Nobel de palancas y giros. 
Imprevistos. 
Solo un puñado de manos infantiles se han alzado con el símbolo del I Like. 
-Aylaic para los no entendidos-.
Previsible resultado:
el grueso de internautas es cosmonáutico, está siempre en las nubes, por tanto,
así la falta de conocimiento e interés ante los asuntos importantes que diferencian a humanos de ganado, 
es generalizada. 
Para mayor espanto. 


Los últimos avances en el campo de la antimateria han inspirado al Nobel de medicina alternativa para hallar la vacuna que resolverá el problema de la malaria. 
Una fórmula simple: la antimalaria. 
-Ya se ha dicho que era medicina alternativa, qué esperabas-. 
Sin fondos públicos suficientes para su desarrollo, ni público apoyando el buen propósito, sigue la molécula estampada en el papel de su cajón esperando saltar de la idea a la prueba. 
Otra prueba, la del algodón anti mediocridad, que tampoco ha sido superada. 
Por agentes sociales, ni por la sociedad entera o troceada. 


Se hacen eco las cadenas de radiotelevisión de medio mundo, y después del otro medio, del último Twit -tuit para los no entendidos- que con hache intercalada y nuevos acentos ha escrito el futbolista del momento: Shoy Là ôhstia!!

Miles de millones de creyentes han retuiteado -retuiteado para los no entendidos - Estas tres Últimas y magníficas Palabras. 

Surgida la tormenta, de ideas estúpidas, no habrá antitormenta que la pare ni sentido común ni humano sensato, 
que la detenga. 





© CHRISTOPHE CARO ALCALDE

lunes, 14 de noviembre de 2016

FUERZAS Y CUERPOS



FUERZAS Y CUERPOS





Tengo tengo tengo. Tú no tienes nada.

Tengo tres personas
en una cabaña.
La una me da amor la otra me da paz. La otra no da nada.
Por eso le doy hostias, para castigarla.

Debo compensarla por tanto desaire. Tanta burla y chanza.
Tanto oír de sus labios: ¡No me da la gana!

Y es que es muy arisca y muy mal mandada.
Que no me obedece ni a buenas ni a malas.
Por más que lo intento y, sin remordimientos,
le doy de comer en una palangana.
A veces pan y agua otras excrementos.
De los otros dos, socios de cautiverio.
Caídos los tres en una redada
dimos por bueno lo que no era nada.

Un poco de maría otro de farlopa; metidos en un bote
de leche condensada.
¡Bajo una pancarta de esto no es España!

Con todo no había ni para una merienda,
pero aquí dijimos que fue una gran redada.
Y gracias a esta burla de crimen y castigo
hemos ascendido los primeros del cuerpo.

Yo soy inspector mi inspector ahora es comisario.
El comisario de antes es el nuevo ministro
desde el interior.
Que no del interior
que lo que más le gusta es ser un topo para contarlo todo.
Y cobrar por ello del mejor postor.

Tengo tengo tengo
tenemos tres pringaos en el calabozo.
Durmiendo desnudos y sin calefacción.
Sobre el duro suelo todo de hormigón.

Se hará lo que se pueda para que entre unos y otros se quiten la vida.
Pues una vez resuelto el último delito
que no era de ellos pero así lo hemos prescrito
a nadie le importa que desaparezcan.

Más bien al contrario que esta sociedad de bienintencionados no quiere a esta chusma ni viva ni muerta.
Viva porque gasta muerta porque estorba.
No hay reproche más impertinente
que el que hacen los muertos desde sus comunes fosas.

Tengo tenemos tenéis tres granos en el culo que son estas tres personas.









© CHRISTOPHE CARO ALCALDE

SUZANNE







SUZANNE





A la puerta del camarote número 13 llamó hoy Susanita.
Con el sobrenombre de Suzanne viajaba de polizonte.
Se había colado en el barco hace más de 2 años. Cuando a lomos de Pérez,
el ratoncito escarlata con peluca de lagartija y manos de piña colada, entraron por la puerta falsa;
de carga del nivel menos tres del buque.
Entre cajas de munición Made in USA y gatos de la mala suerte Made in China,
pasaron los primeros meses.
Comiendo rellenos de paja y serrín y bebiendo agua de lluvia los días de tormenta floja.

Los de temporal salvaje tragaban agua salada como si fuera...
Como si no fuera agua de mar bravía.

Pronto dejaron la bodega de carga para subir al nivel pasajeros:
Pérez encontró un trabajo flexible haciendo felices a niños
con apariencia de desdentados.
Por cada hueco una moneda, robada previamente al maestre,
mucho más asequible que John el contramaestre: intolerante por definición.

Esas monedas trincadas Suzanne iba distrayéndolas por almohadas.
A cambio de que los niños sin dientes dejaran de dar por saco a los papas. Y mamas
-verdadera razón de su ser y estar en el mundobarco: que vivan los padres tranquilos
-de haber hecho por sus hijos algo-.

La travesía no presentó más problemas que las migajas robadas.
Algún escobazo frustrado y más de un escupitajo; acertado puag qué asco.

Pérez lleva ya dos semanas que no quiere dar palo al agua.
Y mira que es difícil cuando mar es lo que les sobra.

Ha conocido varón y quiere salir del armario.
Suzanne aconseja lo contrario diciendo que se va a llevar un tortazo. O sartenazo. O portazo o mazazo.
Que todo lo que sea salir ahí fuera no entraña sino peligros y no aporta más que problemas.
Que el mundo de fantasía en el que viven es de carácter reversible; por tanto recuperable.
El verdadero no hay gato que lo esquive ni ratón que lo remedie.

Pérez no atendió a razones y ha dejado sin completar los tres últimos encargos:
niño de 6 primer molar niña de 5 colmillo superior izquierdo niño-a trans 2 dientes frontales:
uno por cada género.

En el barco se está extendiendo la creencia de que hay una nueva epidemia:
periodontitis extremis, la llama el médico de abordo.
Un salamandro con pocas pulgas pero muy mala hostia para compensarlo.
Escupe cada vez que habla palabras con sabor amargo. Y ácido. Y cáustico. Y
Han dejado de consultarle pues está acabando con todos, enfermos y sanos. Intoxicación por mal aliento médico. Patología sin remedio. Y sin embargo.

Por la borda han arrojado ya a media docena.
No está preparado el barco para hacer de la cubierta
un melancólico campo santo.

Desatada la alarma que puede tornar el crucero en tragedia
Suzanne ha querido desvelar el engaño.
La raíz del problema y el origen de la confusión.
Por eso está ahora frente a la puerta del camarote número 13:
en él guarda el capitán todas las llaves, copias y originales,
de cada cuarto y armario que pueda esconder a Pérez.

Susanita conoce bien a su compañero y sabe que tras un idilio breve
volverá por donde suele: rendijas y laberintos. Nada de que el amor todo lo puede.

Y que éste alboroto tonto lo arreglan ambos tan solo con devolver
a cada cual su diente.

Deben mantener la ilusión para que las personas adultas,
niños con más frustración,
puedan seguir adelante.








© CHRISTOPHE CARO ALCALDE

CRASH

CRASH





Con frecuencia me pregunto adónde voy.



Con harta frecuencia me respondo



cuando me estrello contra la pared.









© CHRISTOPHE CARO ALCALDE

domingo, 13 de noviembre de 2016

PROYECCIÓN





PROYECCIÓN





Cuidado con volver tu notoria imagen pública.

O la envidia de algunos



se tornará notoriamente impúdica.


© CHRISTOPHE CARO ALCALDE

PUBLICIDAD SUBLIMINAL



PUBLICIDAD SUBLIMINAL






Visite nuestro paraíso. Fiscal.

Tráiganos lo peor de sí mismo. Lo mejor de la sociedad.

O se arrepentirá.



De no haberse arrimado antes.


© CHRISTOPHE CARO ALCALDE

SOLUCIÓN



SOLUCIÓN






-No te morirás cabrón no te morirás cabrón.



-Pues mira se murió.



-Ah, vale.



-Qué a gusto nos hemos quedado todos. Creo que tenías razón.








© CHRISTOPHE CARO ALCALDE

jueves, 10 de noviembre de 2016

Y QUÉ VAS A HACER






Y QUÉ VAS A HACER







Con todo lo que cambiar no puedes y sin embargo te arrastra

al anfractuoso lugar donde la vida,

de los otros y propia e impropia,

arroja como escombro todo lo que le sobra.

Y a veces nos falta.




Y qué vas a hacer amiga, querida tuya en ocasiones mía,

con tu vida que llamas plana yo solo diría que diferente,

a las otras planas vidas de los demás,

ahora que aclarado tienes

esas cuatro cositas que faltan

y las cuatrocientas que sólo son excedentes.




Cómo y cuándo vas a carpetazo dar,

y todas las carpetas cerrar,

con sus miles de problemas dentro

que ajenos te son pero obligada te ves

a sentirlos como propios.

Incluso y esto es lo peor

defenderlos por si la vida en ello te fuera.




Cómo vas a deshacer esta de las apariencias madeja

que puertas afuera a mostrar firmeza decisión entereza

obligada te ves.

Y hacia dentro doble cerrojo al portón,

después triple vuelta a tu corazón.

Que no se rompa otra vez que romperse se puede

y para gracias no estás.

Para graciosos ya has tenido bastantes:

toma pan y moja en su chiste,

luego sal corriendo del plato y del lugar.

Pues la gracia que mostraban pronto se transformará en desgracia.




Y qué vas a hacer querida amiga ahora que el tiempo nos vuela

como sobrevuelan las bombas en esta guerra del día tras día

manteniendo lo que nos queda para que no nos quedemos en nada.

Y qué vas a hacer con tus baúles de recuerdos sin cerrar

y tus cartas sin contestar

y tus pedidas de mano sin devolver

y tus besos pendientes

y los abrazos que en el aire quedaron

y los buenos ratos

que pudiendo pasar no pasaron.

Y los gemidos que pudiendo ser no fueron.

Y las brasas que apagar no quieres porque ceniza no eres.

Ni lo pretendes.




Qué vas a hacer, sí, te preguntas una y otra vez.




Pero en el ínterin

El tiempo se pasa

Se apagan las brasas

El corazón se arruga

Se van los que asaltar tu castillo quisieron

Se mueren las oportunidades reviven los oportunistas

Se ajan los cuerpos y las esperanzas

Se desfiguran las ilusiones y algunos sueños

deslavan.




Qué vas a hacer querida amiga

para quedarte en el prólogo que precede al ínterin

Y al resto...




Al resto como tú dices

pues que le den que no te queda tiempo para perderlo con éstos.










© CHRISTOPHE CARO ALCALDE

Y DIGO YO


Y DIGO YO


Que diciéndote ná te lo digo tó

Lo sabes. 


Que diciéndotelo tó no te enteras de ná 

Lo sé yo.



© CHRISTOPHE CARO ALCALDE

El MISTERIO DE LA AVIACIÓN






EL MISTERIO DE LA AVIACIÓN







Ella creyó ver en su piloto

-un amor tardío para las pasiones maduras que del cielo cae como dulce fruta-

la yesca para una llama que nunca se apaga.

Que aún le arde el corazón y las entrañas que ella no está acabada.

Por esto apuntó alto su arco por si en el cielo aguardaba

el amor que buscaba para los grandes momentos.

De vino y rosas de champán y ostras. De orujo y miel

puede que también.

Los días de ensueño los sueños perfectos.




Tras varios intentos fallidos de aquí te pillo y te mato,

fallidos porque efectivamente se murió el candidato

-del susto de observar sus maneras y miradas de infarto y modales y andares y agitar sus caderas, y lo que un hombre imagina

solo con verla con la boca abierta-

dio la flecha en el blanco.




Blanco como mirlo blanco y reblanco que él no era perfecto,

era pluscuamperfecto.

Un príncipe de cuento un rey con un trono mágico un señor en la tierra un ángel en los cielos.




Un no te vayas mi amor un quizás vuelva a tus brazos mañana un te esperaré lo que haga falta aunque esto pueda ser para siempre.




- Un casi siempre, que tarde o temprano dejaremos,

mi amor,

de darnos la mano.




- La mano y los besos, principalmente esos besos, que nos regalamos al poco de vernos.

Nos comimos, sí, la boca y el cuerpo hasta que nos hartamos de tener el mismo menú,

cada poco en el plato.




Dejaron, menos tarde de lo que ella había soñado,

de cruzar media Europa para verse a los ojos de todos

y amarse en un profundo secreto.




Los caramelos se deshacen en la boca con la saliva y la lengua.




Ella se quedó en tierra descompuesta y sin novio.

Él en los cielos recompuesto y con el amor de su vida:

la vieja avioneta con la que cruzar el océano y al mundo poner por montera.




Cuentan quienes lo conocen que él está en Canadá.

Volando de estado estado en un no parar.

Ahí donde los paisajes son sin igual y no hay más abrazos que los abrazos de oso.




Murmuran quienes la conocen que ella vive sola.

Que no sale de casa porque no comprende,

que él la abandonase

por una hélice loca y dos alas de lata.




Le avergüenza contar a amigos y público que a ella también la han dejado por otra.

Ella tan sexy tan rubia tan madura tan mona.




Le enfurece contar que la otra es esa avioneta.

Con ésta él se reparte el mundo sin planos ni fronteras ni mapas.




¿Hay algo mejor?



© CHRISTOPHE CARO ALCALDE

sábado, 5 de noviembre de 2016

DON´T WORRY

DON´T WORRY



Dijimos que todo iría bien.

Dijiste tú, que yo ni me lo planteé:
acostumbrado a lo contrario, no me lo reproches.

Dijiste que no llovería más sobre nuestras cabezas calvas. Que no caerían piedras a nuestro tejado de paja.
Que jamás se aplicaría en nos
la ley de la contrariedad.
Que no andaríamos a salto de mata ni de fosa ni zanja.
Ni nada nos arrebataría aquel momento dulce
como el jengibre
y perfumado
como el estiércol.

Que las perdices serían abundantes la carrera próspera
los proyectos plausibles.
La casa acogedora las amistades sagradas
los amigos eternos los abrazos auténticos los amores,
ah qué dijiste de los amores que no lo recuerdo.

Quizás, y repito quizás porque no hay nada claro ni cierto,
aquel 40 de agosto yo no estaba despierto.

Dijiste creí pensé imaginé soñé...
Ya no sé qué pensar.

Puede que falsas expectativas.
Sin más.





© CHRISTOPHE CARO ALCALDE

TIEMPO DE PRESBICIAS. Y ALGUNAS CARICIAS


TIEMPO DE PRESBICIAS. Y ALGUNAS CARICIAS


Si ya no ves donde todo era nítido
y una mancha enturbia las líneas que antes eran puras
no culpes al objetivo de haber hecho ese borrón,
quién sabe si también una cuenta nueva,
por ser más probable que la tara esté en tus ojos
y no en el sujeto observado.

Que se te han escapado algunos años ya lo sabes.
Que no todos han sido malos ni buenos,
también.

Que la primera parte vivida no igualará a la segunda,
viceversa,
lo adivinas.

¿Y?
¿Qué piensas hacer al respectivo respecto?
Respectiva o retrospectivamente hablando
no eres sino causa y efecto.
De las causas abiertas en tu glorioso pasado
oyes y vives o malvives ahora
las sentencias acuñadas con maza de plomo.

Cuándo has cruzado la frontera entre lo joven y viejo
lo naif y lo experto
lo arrebatado o sereno
lo por llegar o escapado
la duda o la certidumbre
el pasado y presente sin saber qué día se fue tu futuro,
no sabes cómo ni cuándo:
si ayer decías tenerlo claro
hoy está todo borroso y tú más confusa que nunca.

¿Y?

Si la torre de los años cumplidos es cada día más alta
¿Cómo vas a actuar contra este nuevo mareo de altura?
¿Un novio joven una casita en la playa un descapotable un viaje a los confines del mundo?
Donde, ahora sí, te dejarás manosear como siempre has querido
pero nunca pedido porque estaba prohibido.
Al policía que montaba guardia en tu cabeza has conseguido,
por fin,
despedirlo.

Te soltarías la melena si tuvieras,
pues no se te ocurre otra forma de ondear la bandera
señera de tu propia autodeterminación.

Vas a corretear por ciudades, carreteras y campos.
A emborracharte cada día bebiéndote a grandes tragos todos los momentos.
Vas a saber lo que es bueno porque vas a probarlo.
A actuar como nunca lo has hecho
en este teatro de marionetas de cartón arrugado
con trajes de época y antifaces para ocultarse del resto
tanto como de ellos.
Vas a pedir otra copa y a Sam que
tocándola otra vez
pruebe también a tocarte.
Vas a bailar hasta el amanecer con quien se atreva a seguirte.
Ahora que has dejado atrás a padres e hijos
padres por muertos hijos por desterrados
vas a quemar las naves de tus ahorros en un gran carnaval.
Que se enteren todos de quién eres
Y dónde estás.
Que vergüenza ya no te queda por haberla usado tanto;
tanto que fue demasiado.

Has relativizado todo
lo que relativizar se puede.
Concedido urgencia
solo a casos de vida o muerte.
Has acabado con idioteces e idiotas
estupideces y estúpidos;
cretinos necios bobos lamebolis y muerdelápices
pelotas y robapelotas
borrachos fantasmas y fantoches
babosos, inoportunos, pagafantas, pusilánimes y engreídos.
Has echado al vertedero a todo lo que no te gusta
y el cerrojo a todo el que no te gusta :
hoy tu tiempo es más valioso que el oro.

Ahora que mires donde mires ya no ves lo que antes
vas a creer que todo tu monte es orégano y dejarte saborear con especias exóticas.
Si es preciso, tóxicas.
Pues hoy que ya estás de vuelta de todo,
qué más te da otra vuelta de tuerca
con la que reventar tus viejas y oxidadas amarras.

Y en ese súbito impulso de libertad
vas a sonreír como siempre
pero disfrutar como nunca.

Vas, vas, vas...
Por si acaso
No tardes en empezar.






© CHRISTOPHE CARO ALCALDE

TRÁFICO AÉREO


TRÁFICO AÉREO



Y ella tomaba aviones de papel
para verse con urgencia en moteles de carretera o playas de piedra
con su amante que no era de cartón.

Tampoco su amor; éste lo perdió en una batalla contra el mal de altura:
se tiró de un noveno.
Para cuando llegó al tercero ya estaba muerto.
De risa.

Furtivo el amante como clandestinos aquellos encuentros.
Que no pasarán a la historia de los amores encantados,
ni harán las delicias de los novelistas románticos.
No entusiasmarán a los lectores ávidos,
de cualquier aventura que no sea la propia.
Ni a las lectoras sedientas,
de húmedos cuentos que contar en secreto.

Pero ella siguió tomando esos aviones uno tras otro.
Porque un escalofrío le sacudía el cuerpo de hombros para abajo
cada vez que recordaba el anterior episodio.

Y a la droga de los placeres complicados se engancharon ambos como al crack
de los yonquis solitarios.
De los corazones abandonados.
Hambrientos todos de emociones fuertes
y resultados rápidos.

Todo fue bien hasta que llegó el incendio.
Una puritana pirómana predecible a ratos
que inflamada de odio, prendió las llamas con su aliento de ogro.
No esperó a que los amantes abandonaran la casita de sus encuentros.
Mejor, con ellos dentro -se dijo la muy zorra.
Que no es más zorra la que hace, que la que piensa cómo joder sin dejar.
A las demás.

Y la hoguera alcanzó el cielo.
Una nube rosada, anaranjada, amarilla.
Todos los colores cálidos que del espectro nacen,
cubrió el techo del mundo como una pintura.
Nada de nubes grandes gruesas grises
con que entristecer a los muertos vivientes
que a cuatro o dos patas según el momento
por la tierra se arrastran.

Aún quedan las huellas en el aire de aquellas cenizas,
hechas con los amantes rotos.
Son las estelas que dejan los aviones de papel.

De papel de aluminio.
Quemando queroseno.
Con pilotos mustios y azafatas aburridas solo de verlos.
Con pasaje asustado
por ver el cielo y no el suelo bajo sus pies.

Y ellos ardieron como uno de esos aviones.

De papel
Mojado
En queroseno.



(Cuentan las crónicas que aún sienten envidia
los cronistas de aquel episodio
y todos los que les escuchan.)


© CHRISTOPHE CARO ALCALDE

DE MUJERES Y SOMBRAS. Y VICEVERSA


DE MUJERES Y SOMBRAS. Y VICEVERSA



Rosaura dejó a su novio por una escoba:
tenía con ella más complicidad.

Luisito a su ex por un sillón de masaje:
transmitía mejores vibraciones.

Rosarillo plantó a Pedro por una maceta:
demostró mayor fidelidad.

Luisillo a Laurita por una guitarra:
sus curvas eran auténticas.

Rosarito abandonó a Jesusín por un melocotón:
sabía más dulce.

Luiseco huyó de Pepi para refugiarse en una tragaperras:
tenía la garganta más profunda.

Rosario huyó de Albertico persiguiendo a una paloma:
ésta no tenía miedo a volar.

Luisín renegó de Anita por una bicicleta:
que tanto dar vueltas sirviera para algo.

Rosarín repudió a Jorgito por una yogurtera:
no más tragar lechosa agria sin mejora intestinal.

Luisón escapó de los besos de Jacinta tras un puñado de setas:
mucho más sabrosas.

Rosaurica se zafó de las garras de Pacorro por los pelos:
con ellos se hizo una peluca y desapareció.

Luisico renunció a la vida con Conchita por una valeriana:
con los años ya solo busca paz.

Rosaura, Rosarillo, Rosarito, Rosario, Rosarín y Rosaurica
cuentan hoy sus experiencias en un plató, de televisión:
no han encontrado forma mejor de transmitir su mensaje,
a ese mundo de idiotas.

Luisito, Luisillo, Luiseco, Luisín, Luisón y Luisico se reúnen todos los sábados junto a un plato, de chilindrón:
los únicos placeres de carne que ahora se permiten,
y disfrutan.








© CHRISTOPHE CARO ALCALDE

40% DISCOUNT

40% DISCOUNT



Tuvo y retuvo unos ojos verdes
que enmarcados en una bravía melena negra
conquistaron a los presentes y ausentes.
Como se gana un barco en altamar: al asalto que son éstas
agitadas aguas de corsarios mal pagados
en plena conversión hacia piratas de carrera y abundancia.

Era aquel tiempo de juventud una época silvestre
donde lo imposible era plausible.
Cuando los sueños sueños son
no hay muros ni límites.

No aprendió más conocimientos que los del amor libre en campo sin cultivo.
No cosechó más trigo que el de su pelo teñido al oro.
Funcionó pues un apuesto cimarrón se la llevó del solar de caravanas donde ella vivía
al solar de caravanas más grandes donde vivía él.

Y contra las cuatro paredes de su nueva roulot XL la empotró siempre que pudo.
Y ella consintió.
Que también fue siempre.

Fumaban cigarrillos y bebían tequila cada vez que las cosas salían bien.

Fumaban más y bebían mucho más cuando las cosas iban mal.
Esto ocurrió pronto:
los mercadillos habían perdido su tirón por culpa del PRIMARK

A mayor tiempo vacío más churumbeles con que llenar la caravana.
Y la hartura.
Cuatro daban ya patadas a las puertas
y paredes de cartón de la roulot
antes de que ella cruzara el vértigo de los treinta.

Se le ajó su melena loca como se pasan los higos.
Se le agrietó la barriga como se rajan los troncos.
Se le apagó la mirada como se mueren las brasas.

De aquella belleza infantil y seducción juvenil
no quedan sino las sombras en una caravana con muchas goteras
y ninguna puerta.

Dicen que él dejó los mercadillos semiclandestinos
por los mercados clandestinos.
Que se ha especializado. Vuelto un profesional.
Otro corsario ascendido a pirata por propia voluntad
y muchas ganas de triunfar.

Podría ser cierto pues ella ha cambiado su escenario de compras:
abandonados los rastros ha entrado de lleno en los chinos.
No sale de uno con rebajas permanentes al 40.

Ahora viste mucho más hortera. Ha cubierto su ropa de lentejuelas baratas y su rostro de brillos con químicos.
Quiere ser joven y guapa y apetecible otra vez.
Para que un cimarrón algo más fino y menos canalla la mude de barrio.
A poder ser, donde no haya caravanas, ni casuchas de lata.
Ni maridos borrachos ni churumbeles silvestres ni familia de quinquis ni peleas de perros ni misteriosos paseos nocturnos ni carreras al amanecer.

Ni nada de lo que tiene porque el asco que ahora siente
le hace sospechar lo repugnante que
quizás ella
podría ser.















© CHRISTOPHE CARO ALCALDE

TIEMPO DE VACIARSE. Y CONTENERSE



TIEMPO DE VACIARSE. Y CONTENERSE



One Two Three y el batería arrancó con una percusión ad hoc para el público mutante.

A medida del momento presente quien con inusitada energía
se mostró ante un gentío ávido de emociones fuertes.

Le siguió la banda con el mismo interés: llegó la hora de vaciarse.
De darlo todo como si fuera aquel el último día para la gloria.

A velocidad de urgencia subieron el ritmo del estadio
desde el nivel césped a los bordes del cielo.

Y el público, el público se revolvió con las primeras notas
como lo hace un lagarto panza arriba.
Estalló pronto la rabia tantos lustros contenida y las maneras,
las buenas maneras,
dejaron de importar como lo haría...
Otro lagarto panza arriba.

El teclista pulsó la negra mágica que despierta todos los deseos.
Y el guitarra rasgó con una cuerda rota todas las conciencias:
<>.

Ya no importan aquellos que no vendrán
ni los que desde el refugio triste de su hogar
de todo esto y lo otro y lo que sí o no,
opinan mal.

Las buenas gentes al final:
se han colado sin pagar.
Aquí ya no queda sitio para castos, remilgados, beatos, decentes, pudorosos, honrados.
Tenemos entrada libre los que con prisa vamos,
que el festejo es digno de indignos;
otra cosa son los indignados y si me das a elegir
prefiero los indígenas:
al menos éstos saben dónde están, de dónde vienen.
Incluso,
puede que adónde van.

Han acudido a este concierto desconcierto
ciudadanos de todas las clases,
pero solo los de una edad media tenían Pase Sin Llamar.
No eran los de la Clase Media pero sí los de la Edad Media.

Hay en estos una prisa por llegar por fin hasta el final
de todo lo que no pudieron probar.

<>
se lee en pancartas y carteles junto a
<>

<
que vengan si se atreven
a robarnos lo que aquí hemos bailao>>.

Para cuando el bajo repitió el estribillo
no quedaba una camiseta sin arrancar
un vestido por arriar ni un pantalón por derrocar.

Los de la Edad Media ya no tienen tiempo para pedir permiso
ni para esconderse por mucho que el reglamento del estadio
prohíba todo lo que no sea contenerse.
Reprimirse.

Y por la cuidada hierba del césped ruedan ahora cuerpos como barriles de cerveza.
Ruedan barriles como cuerpos sin control.
Untados los deseos en marihuana y Triple Seco, saben
mucho mejor.

En la séptima canción la banda repitió un tema escrito para la ocasión.
Entregado el público a su causa,
ni la oyó.

<>,
gritaba el cantante como grita
cualquier lagarto panza arriba.

<>,
respondió alguien de la primera fila
con las uñas de una desconocida cruzándole la cara
y el efecto del último tiro cruzándole el cerebro
como un torpedo a un feliz lagarto panza arriba.

Doce temas más tarde
la mitad del público no quería volver a casa esa noche.
La otra mitad, nunca más.

A tomar por saco obligaciones responsabilidades lealtades.
A tomar por saco las diarias cárceles.
El registro laboral el pay per view el horario de llamadas
la tarifa plana las ofertas 2 x 1.
El cinturón de seguridad el del pantalón el de castidad.
Los controles de alcoholemia, de drogas, sanitarios, de calidad.
Tele 5, El Objetivo, La Mañana, sesión de cine y los documentales de La 2.
A tomar por saco la vulgaridad o ser tan cool
que no te quepa en el armario.

A tomar por saco las visitas por compromiso
los saludos a los que ya no son amigos
los abrazos de bienvenida a todos los malhallados.
A tomar por saco el frutero del barrio y el mercadona.
El corte a medida y El Inglés.
La gasolina barata y el frenar en cada curva.
La obediencia civil y militar.
La declaración de intenciones y de hacienda.
Los juicios de valores y de todas las Salas,
Excelentísimas o Villanísimas.
A tomar por saco todo lo que felices no nos hace;
y por consiguiente infelices nos vuelve.

Antes del último bis ya no quedaba nadie en pie.
Exhaustos, tal vez, de ser fieles a la letra que el cantante no dejó de repetir como el mantra
para esta nueva Edad Media que aún está por descubrir:

<
de Vaciarse
Ha llegado la hora>>.







© CHRISTOPHE CARO ALCALDE

BON-HITO





BON-HITO



Qué bonito es el amor.
Pero qué bonito.

Qué bonito.
Qué bonit
Qué boni
Qué bon.

!BON!

Hasta que estalla.



© CHRISTOPHE CARO ALCALDE

BABY I



BABY I



Baby I...

Va a ser que no te diré lo que esperabas.
Que te quedarás plantada como un geranio mustio en tu maceta.

Tampoco, que la maceta era de barro y como tal se rompió en...
¿Cuántos miles de pedazos?
Del geranio no hablamos ya dije qué seco estaba.

Baby I traté de avisarte, con tiempo suficiente por si querías remangarte.
Reaccionar, no confundirte con lo que tú creías real.
Deja ya de soñar y encara la realidad como se tientan los toros.
Quien coraje tenga de tentarlos pues no es cosa de todos,
retar las afiladas astas de una realidad en estampida y embestida.

Baby I qué bonito sueño ese que transcurrió entre febrero y mayo.
Breve, de intensidad suficiente.
De esperanzas las justas para no hacernos daño.
Tú sabrás yo sabía que no había futuro en las cuencas vacías de nuestros ojos muertos.
En las lenguas envenenadas de nuestras acres bocas.

Baby I la ilusión, con qué ilusión se marchó:
ilusionada en busca de mejor ocasión.
No la culpo, yo tampoco creía en vos nos.
Solo dejamos pasar el rato donde consumir el final de las cenizas.
No ya las brasas, éstas quedaron en el arroyo. Empapadas en soledad y desesperanza.
La humedad, ya lo decías, lo pudre todo.

Baby I diría yo que merecimos otro relato más amable.
Otro pedazo de algo que no fuera más vacío en el vacío;
otro genuino bucle de desencanto donde presentar nuestros respetos,
a nosotros los difuntos,
para mayor gloria de un recuerdo falso.

Baby I don't love lo que tengas que decirme a estas alturas y bajuras del concierto.
La música ya se ha acabado, la orquesta hace rato que se ha ido.
Y el público, en realidad no vino.
Nadie quería presenciar otro mal trago en vivo.

Baby I qué diría que servir sirviera, no para vos ni para nos que esto ya está vencido,
sí para los perdidos del camino los que vienen de mendigos los que a por todas van
y ninguna se llevan.

Para estos, tal vez para estos,
tengamos algo que narrar de este desescombro absurdo.
De este naufragio tonto
que tan pavadamente

nos ha puesto en nuestro sitio.




© CHRISTOPHE CARO ALCALDE

DESPEDIDA SIN CIERRE

DESPEDIDA SIN CIERRE







Ya veis, querida, que este casual encuentro

llega no por casualidad a su fin. 

Que sugerente fue la propuesta

como hermosa la inesperada razón

que me condujo hasta aquí.



Pero, velero sin rumbo que soy,

por los vientos me dejo arrastrar

allí donde la corriente me estrelle.

Si el estrellato, también,

puede ser mi otro objetivo

nunca lo confesaré.



Te dejo por hoy sin saber por cuántos hoy será mi partida. 

Pero deseo que la tuya partida,

de juego alegre o canalla o perverso o retorcido de esta

y otras jodidas vidas,

la ganes con una rotunda victoria.



Que la suerte te acompañe el tiempo más que suficiente. 

Que el trabajo te llene lo justo pues siempre hay cosas más 


importantes. 

Que el dinero no sea una pesadilla que lastre. Tampoco una obsesión


que haga de la vida un imposible. 

Que la salud del cuerpo aguante. Aguante las carencias del alma

y todo lo que el corazón sufre. 

Que aparezca si quieres esa media, media... No ya no diré media 

naranja que ya pasó el tiempo de esta cosecha. 

Diremos medio pomelo por ser lo más parecido a esa media


que no se encuentra,

ni por voluntad propia rodando llega. 

Que el desencanto no sea la habitual costumbre de mentar al pasado,

ni la resignada forma de vivir el presente. 

Que vivir no siga siendo estar como ausente. De esta vida hecha 


retazos del corazón pedazos de las entrañas... dolientes. 

Que no esperes más para encontrar ese faro

que ilumine la costa

para orientar bien tu barco.

Porque así lo quieras no porque impuesto sea.



Que seas la que tomes el mando

del barco de la vida y el faro. 

Prendiendo a éste fuego, si fuera necesario.

Pues las llamas alumbran igual que liberan. 

Que hagas, ya, que escribas, desde ahora, que decidas,

para siempre desde este momento,

qué hilo de Ariadna

va a marcar tu destino.



Que sea lo que tenga que ser, bueno o malo está por conocer,

pero que consigas que sea.


© CHRISTOPHE CARO ALCALDE